Pronto recogeremos de la almazara el aceite de oliva ecológico que cada año nos dan nuestros queridos olivos, ese preciado oro líquido tan característico de la cultura mediterránea. Por eso, hemos decidido hablar de él y de recolectar olivas ecológicas.
En nuestra zona, de gran tradición agrícola, es común autoabastecerse de aceite. Cultivamos olivos suficientes para poder disfrutar de aceite todo el año. Todavía recolectamos con mantas e incluso a mano.
Una vez recolectadas las olivas las llevamos a una almazara donde prensarán nuestra propia cosecha. La sabiduría popular nos dice que el campo de olivos “un año trabaja y al otro descansa”, y hemos comprobado que es cierto, por eso este año ha habido menos cosecha que el pasado.
El olivo se llama botánicamente Olea Europaea, es un árbol que puede vivir más de mil años. Su origen es la zona mediterránea, concretamente el Líbano, donde crece silvestre. Fenicios, griegos, egipcios y romanos conocían bien este árbol y su fruto.
El aceite no sólo se usa con fines culinarios, sino también medicinales o para cosmética y perfumes. Por ejemplo, el aceite de oliva puesto a macerar con unas ramas de Hypericum perforatum da lugar al maravilloso y natural aceite de hipérico, fantástico remedio para quemaduras, llagas, heridas, inflamaciones, picaduras, etc.